Facundo Mackinnon, el pibe que corrió en la selección Argentina de canotaje y ahora juega en Olimpia
Con el canotaje llegó a participar en dos Mundiales. En su máximo nivel dijo basta y le dio lugar a su otra pasión, el básquet. Se sumó a Olimpia y hoy juega la Liga Federal.
De pibe jugaba al básquet en Recreativo y practicaba canotaje en el club Náutico Paraná. De un lodo para el otro hasta que a los 14 años dejó de picar la pelota para dedicarse al bote.
Sus interesantes cualidades y condiciones lo llevaron a ser convocados en diferentes oportunidades a la selección Argentina juveniles de canotaje. Adolescente, más de 1,90 metros de altura, un cuerpo privilegiado, mucha técnica y una dedicación “profesional” llevaron a este paranaense a ser considerado un diamante en bruto del canotaje. Por ese entonces debía elegir una de las dos disciplinas y el canotaje y la selección tiraron más.
Facundo Mackinnon representó al país en el Mundial Junior y Sub 23 en Plovdiv, Bulgaria, en el 2018, y repitió en el Mundial Sub 23 en Pitesti, Rumania, en agosto de 2019. Aquel certamen fue el último. Facundo hizo un gran trabajo pero sintió que estaba lleno, que no había más desafío que afrontar.
Con 18 años entendió que era tiempo de meterse de lleno en la facultad (estudia Ingeniería Química en Santa Fe) y también intentar con su otra gran pasión, el básquet. Olimpia le abrió las puertas y él aceptó con muchos nervios, a sabiendas que le iba a costar el cambio.
Hoy, con 21 años y 2.01 metros, Facundo mostró sus ganas de progresar, siendo parte importante del plantel “Azulgrana” en la Liga Federal.
“El básquet me encanta. Siempre me gustó y desde chico fue una de mis grandes pasiones. Empecé a jugar a los 5 años y dejé cuando entré a la selección Argentina de canotaje. Debía dale mayor dedicación a mis entrenamientos y tuve que elegir. Dejar básquet me costó muchísimo”, admitió el protagonista.
-Ahora cambiaste. Regresaste a picar la pelota pero dejaste canotaje en un momento de alto nivel. ¿Por qué lo hiciste?
-Cuando terminé mi participación en mi último Mundial sentí que ya estaba lleno, que ya había cumplido mis expectativas. Sentí que había logrados mis metas. No digo que podía haber seguido creciendo y buscar más logros, pero estaba muy conforme con lo realizado. Estando en la selección estuve mucho tiempo fuera de Paraná y la verdad que quería estar más tiempo en casa. Entendí que en canotaje ya había llegado a mi pico. Sabía que no iba a vivir del canotaje. Quería dedicarle al estudio y también extrañaba mucho el básquet, volver a jugar.
-Qué orgullo haber representado al país en Mundiales.
-Participé en dos Mundiales, en Bulgaria y en Rumania. En el primera en prueba individual y el segundo competí en la prueba en equipo. Dejamos una muy buena imagen.
-Le dedicaste mucho al canotaje. Esfuerzo, dedicación y entrenamientos hasta cuando no había ganas de hacerlo. Y llegaste a la selección. ¿Te costó tomar la decisión de abandonar?
-La verdad que no me costó mucho. Lo hice porque sentí que estaba lleno con lo que hice en mi carrera y quería dedicarme al estudio y el volver a jugar al básquet. Cuando las cosas se presentan claras no es difícil tomar decisiones.
-¿Qué te dijeron los entrenadores del Náutico y de la selección Argentina?
En el mundo del canotaje todos sabemos que tenemos etapas. Muy pocas personas te van a decir que el canotaje es su vida. Es muy difícil vivir de esta disciplina, entonces cuando decidís abandonar la actividad o seguir se respeta y se entiende. Cuando tomé la determinación yo pasaba a la categoría Seniors, por ende iba a competir con palistas más grandes de edad y de mayor trayectoria. Me iba a costar mucho estar en el seleccionado.
-¿Pero no tenías el desafío interno de “lo voy a intentar”…?
-Si, claro. Si hubiera seguido iba a dejar todo para quedar en la selección, por más que sabía que no iba a ser sencillo. Pero como mis objetivos cambiaron, el estudio y la idea de volver al básquet, todo me cerraba para dar el paso. Mi familia también apoyó porque siempre me inculcaron el tema del estudio.
-¿Tuviste miedo de arrepentirte?
-No. Nunca. Estaba firme. En el canotaje cumplí muchos de los objetivos personales, no me quedó nada pendiente. No sentí dentro mío que me faltaba demostrar algo. Quedé conforme.
CON LA PELOTA
-¿Cómo fue el volver al básquet?
-Muy difícil. Son dos actividades diferentes y me costó. Volver a ponerme las zapatillas y correr en la cancha me provocó muchas cosas. Me encantó y me costó readaptarme. Perdí mucho la etapa de formativa y eso se notó. En canotaje si bien usamos las piernas, no es como el básquet. La coordinación, la idea de juego, las habilidades y como podía encontrar mi lugar no fue sencillo.
-Pero las ganas pudieron más.
-Si hay algo que me enseñó el canotaje es dar siempre todo, esforzarte al máximo y no guardarte nada. Me sirvió para aplicarlo en esta vuelta y para no rendirme si algo fallaba.
-Tu retorno fue de menor a mayor. ¿Pensabas que a esta altura ibas a jugar Federal?
-Mi objetivo era jugar, estar en un equipo, picar la pelota y tirar al aro. Surgió la chance de estar en el plantel del Federal y acá estoy, con nuevo desafíos.
-¿Y con Olimpia qué?
-La intención es hacer lo mejor. No tenemos un objetivo fijo. Queremos ir partido a partido, ganar y sumar. Por lo pronto, el primer objetivo es consolidar el juego de equipo. Después se dirá si estamos para llegar a algún puesto específico. Tenemos un entrenador nuevo y nos estamos conociendo. Pedro (Ayala) es un técnico con experiencia, con mucha información del rival y es fácil trabajar con él porque es muy completo.
-¿Y en lo personal?. ¿Te propusiste algo?
– Mi idea es crecer, es dar la mejor versión de mi. Quiero equivocarme lo menos posible y servir todo lo que pueda. Trato de cumplir con lo que me piden y ser una herramienta importante para el equipo.
FOTOS: Prensa Olimpia