Maximiliano Seigorman y su fuerte experiencia de dirigir en Indonesia
Llegó a Indonesia en mayo de este año con la intención de vivir una experiencia totalmente desconocida y así apostar a un crecimiento personal, tanto en lo deportivo como en lo cultural.
Maximiliano Seigorman hace 6 meses que se encuentra dirigiendo en Dewa United, franquicia que forma parte de la Liga de baloncesto de Indonesia.
Viajó miles de kilómetros para instalarse en la ciudad de Tangeran y ser parte de una oferta de trabajo que lo llevó a retos muy grandes.
Dewa United es un equipo nuevo dentro de una Liga, la cual también está en plena formación. Esta competencia nació en el 2003 y está por cumplir 20 años. Dewa United, que adquirió la plaza de otro equipo, es una organización nueva y contrató a Seigorman para mejorar la una estructura y profesionalizar el básquet
“Han sido meses de una experiencia muy buena. Una cultura totalmente diferente. Desde el primer día estoy tratando de acostumbrarme y de adaptarme, pero también imponiendo cuestiones que a uno le parece importante para desarrollar la tarea por la cual me contrataron”, dijo Seigorman.
-¿Cómo es tu equipo, con qué Liga te encontraste y cómo te fue en la competencia?
-Es un equipo nuevo en la Liga. Lleva dos años en una competencia que tiene muchas particularidades, por ejemplo, que se permiten dos extranjeros pero uno de ellos puede estar en cancha. Asimismo, esos foráneos no pueden medir más de 2 metros. Es una regla rara con la intención de darle prioridad y desarrollo a los jugadores nacionales. A partir de la Liga que viene uno de los dos extranjeros no va a tener restricciones de talla, aunque sí se mantiene que juegue uno por vez en cancha. Entiendo que es una decisión que deberá cambiar porque justamente los extranjeros son los que potencian esta competencia.
-¿En qué notas que esta apuesta te sirvió como entrenador?
-Había tenido otras propuestas de países asiáticos y siempre me seducía esta posibilidad. En infraestructura, Indonesia tiene cosas increíbles. Lugares de entrenamientos y todo lo que rodea a la franquicia es muy bueno. En el básquet van cambiando las reglas permanentemente con la intención de potenciar la actividad, la Liga y los equipos. Acá están ávidos de comprender el crecimiento del básquet argentino, y para mi es una gran experiencia que en estos primeros meses de adaptación ya logramos cambiar algunas cosas, darle fuerza a la estructura y profesionalizarla mucho más. En ese sentido estoy sumamente contento con el trabajo.
-Contá algo de Dewa United. ¿Cómo trabajan con las inferiores?
-Dewa es una franquicia, una empresa privada de diferentes rubros. Dewa no solo tiene básquet sino además los E-Sports. Acá se les da mucha importancia a los deportes electrónicos, de hecho, en Dewa esta actividad es la primordial. Después está el fútbol, que es el deporte número 1 del país. Ahora bien, no dimensionaba la importancia que tienen los deportes electrónicos, lo que mueve este mundo. En Indonesia no tienen inferiores. Acá los chicos o los jóvenes pagan una academia para practicar y aprender. La gran diferencia es que no hay tantos torneos, los pibes juegan muy poco. Cuando llegan a las Universidades sí juegan torneos, muy parecido a Estados Unidos. Acá se juega entre 8 y 9 partidos en la temporada. Los entrenamientos son pocos por semana. En eso es muy diferente la Argentina.

MUY LEJOS
-¿Cómo fue la adaptación a un país con una cultura y a una forma de vivir el deporte muy diferente a la nuestra?
-Acá no viven el deporte como nosotros. Somos muy pasionales y perder en lo que sea es algo que no nos gusta. Es una de las peores sensaciones que hay. Acá, en cambio, los fans, el equipo y todo lo que lo rodea lo viven como una fiesta y lo disfrutan. Intentan ganar, claro, pero si pierden no lo ven como nosotros. Para el argentino, ganar o perder es determinante para algunos casos. En Indonesia, lo toman como la posibilidad de seguir mejorando, seguir creciendo y que la franquicia esté cada vez mejor.
-¿Qué cosas te sorprendieron de la vida cotidiana, o de Indonesia como país?
-Lo que me sorprendió de Indonesia que es algo diferente a otras culturas asiáticas. Acá son muy familieros. Si se juntan a comer no solo participa la familia sino también los vecinos. Buscan que todos sean parte. Tienen una manera muy especial en lo que son las reuniones sociales. Te conozcan o no, quieren saber cómo vivís, qué necesitas y demás. La gente es muy respetuosa y la seguridad que hay es increíble. Estas cosas que nos llaman la atención para ellos son comunes. Se sorprenden mucho cuando les cuento que las cosas no son tan simples en nuestro país.
-¿Cuál era la pregunta frecuente que te hacías cuando viajaste que te generaba incertidumbres para tu día a día?
-El tema de la comunicación. No es solo por el idioma sino realmente de entenderlos y que entiendan lo que uno quiere. Lo bueno es que fue más sencillo de lo que pensaba. Después, hubo situaciones graciosas porque ellos venían con palabras en español y yo respondía en base indonesio, que es el idioma oficial. Mi intención no era solamente conocer al jugador de básquet sino a la persona, saber qué piensan, cómo viven y qué esperan para su futuro. Qué estudian, cómo viven con su familia. Imaginé que no iba a ser fácil pero ellos me lo hicieron más simple.

A LA PARRILA
–¿Cómo es tu vínculo con Dewa?. ¿Hasta cuándo te quedas allá?
-Hasta mitad del 2023, justo cuando se juega el Mundial en Indonesia. Ahí se termina la temporada. Acá pretenden extender el vínculo pero yo soy de tomarme el tiempo suficiente para tomar una decisión. No solo la parte profesional sino lo que tiene que ver con mi entorno y todo lo que me rodea esté en óptimas condiciones. Habrá que ver qué pasa después de mitad del año que viene.
-¿Qué opiniones tienen de los argentinos y qué te preguntan?
-Emanuel Ginóbili es un referente importante. Ven que nuestro país sigue sacando jugadores y están en el primer nivel. Querían incursionar con algunos entrenadores de nuestro continente y se volcaron por Argentina. Después, quieren aprender e intercambiar ideas dentro y fuera de la cancha. Esto de hacer asados para el plantel es una situación muy particular. Se sorprenden con la paciencia que se necesita para cocinar la carne. Ellos viven más apurados y comen más a la ligera. Para mi es un placer compartir intercambiar cuestiones culturales que sirven para lo social y para el grupo humano.
–Si un entrenador argentino se va a trabajar a Indonesia, ¿qué le contarías de esta posibilidad?
-La idea es abrir puertas a otros, no es sencillo, pero es básquet pero es una chance concretar de trabajar, comunicarte y vivir una experiencia de vida. Es algo personal y de crecimiento familiar. Aprender otro idioma, otra forma de vivir y otra idiosincrasia. El que tenga es mentalidad puede trabajar en cualquier parte del mundo.
