Talleres cumple 117 años: Historia del club al que denominaron el verdadero “Decano del Fútbol” local
El Club Atlético Talleres festeja este miércoles 117 años de vida. Se trata de una de las entidades más añejas de la ciudad de Paraná y de la provincia de Entre Ríos, con una muy rica historia.
Como la mayoría de las instituciones deportivas, se forjó con el esfuerzo de un puñado de personas que decidió fomentar un club con un fin netamente social. El fútbol fue su actividad esencial, por más que esta disciplina ya no es parte de las actividades que se desarrollan. Talleres fue muy importante en los inicios del balompié local, de hecho se lo denominó el “Decano del Fútbol”, definición que hoy ostenta Atlético Paraná.
Talleres en sí fue la primera entidad en practicar fútbol en la ciudad, por más que antiguos socios del club Paraná aseguren que este club se fundó primero. Según consta, Talleres tiene fecha de nacimiento el 15 de mayo de 1.907, unos meses antes que Atlético Paraná.

SU PRIMERA VEZ. Al principio se llamó Talleres Unión Foot Ball Club, denominación que en la década del 30 cambió por la de Club Atlético Talleres. Nació por la voluntad de un grupo de jóvenes criollos e ingleses, humildes obreros ferroviarios (de ahí el nombre de Talleres). La primera reunión tuvo lugar en una casa situada en calle Monte Caseros al final, cerca de las vías. En sus comienzos sus divisas eran blancas y negras, después rojo con verdes a raya verticales y finalmente se decidió por el rojo intenso.
Su primer partido de fútbol fue ante Atlético, equipo formado por ingleses (perdieron 11 a 0). El segundo pleito fue contra Paraná Foot Ball Club (hoy Atlético Paraná). Talleres volvió a perder, aunque con mayor dignidad. En 1.908 participó de su primer campeonato, con Estudiantes, Atlético y Paraná. El equipo de Talleres salió último.
CHAU A LA VIEJA CANCHA. Talleres vivió momentos sumamente complicados en lo financiero y deportivo. El dolor más grande ocurrió a principios de la década del 40 cuando llegó una demanda de desalojo de la vieja cancha de la estación, propiedad de la empresa del Ferrocarril de Entre Ríos. La vieja cancha estaba situada detrás de las vías.

El 28 de mayo de 1.944 cuando la Comisión Directiva adquirió el inmueble ubicado en calle Feliciano e Irigoyen, donde actualmente se encuentra la entidad. En mayo del ‘45 se iniciaron las construcciones de una cancha de básquet y de bochas, como de otras obras. Faltaba recuperar la cancha de fútbol. En 1.947 el club compró el terreno ubicado en calle 104 (actualmente Toribio Ortiz). Untar de años después quedó habilitada la cancha para la primera división.
EL FIN DEL FÚTBOL. La década del 80 dejó huellas imborrables. Estaba el deseo de construir las piletas de natación. Los trabajos comenzaron el 4 de julio de 1.987 y finalizaron el 30 de noviembre de 1.988. Por aquel entonces, en el club había dejado de existir el fútbol. El deporte que le dio vida a esta entidad desapareció íntegramente. Para muchos, fue una “crónica de una muerte anunciada”. Sin peso en la institución, la dirigencia determinó desafiliarse a la Liga Paranaense. Hoy, el básquet es el deporte fuerte y el más representativo.
Los años pasaron y en este club los cambios fueron profundos. Hoy atraviesa su mejor momento. Sigue siendo uno de los clubes más tradicionales de la ciudad con un notable crecimiento..

PRIMERA COMISIÓN DIRECTIVA
Presidente: Ramón Serrat
Vicepresidente: Ventura Montura
Secretario: Mario remolí
Prosecretario: Heriberto Biggs
Tesorero: Pedro Firpo
Protesorero: José Ramos
Vocales: Juan Panichelli, José Panichelli, Armando Frías y Pedro Frías.
Revisor de Cuentas: Herminio Frías y José Bucci
Presidente Honorario: Ernesto Noble
HIMNO DE TALLERES
Bandera, bandera de Talleres
Amor y símbolo de hermandad
Tus rojos colores nunca mueren
Por tu vida, gloria y lealtad
Por la unión de Talleres, cantamos
Por la eterna amistad, brillo el sol
Compañeros y hermanos seremos,
En un vasto y fecundo crisol
Entonemos Talleres, la canción
Por la fe del deporte y el amor
Entonemos con alma y emoción
Por la gloria que encierra su vigor
Letra: Eduardo Gambino

